Una tabaquera financió una investigación sobre el cáncer de pulmón

BENEFICIOS DEL TAC

Actualizado miércoles 26/03/2008 17:30 (CET)

MARÍA VALERIO

MADRID.- En octubre de 2006, la radióloga Claudia Henschke ‘revolucionó’ el panorama oncológico internacional al publicar en la revista ‘The New England Journal of Medicine’ un estudio que sugería que hacer un escáner anual a los fumadores permitiría detectar a tiempo un elevado número de pequeños tumores de pulmón, antes de que pudiesen costarles la vida, y prolongar así su supervivencia. La sorpresa acaba de saltar en EEUU gracias a una investigación del diario ‘The New York Times’ que ha revelado que el trabajo fue financiado por una fundación ligada a una compañera tabaquera.

En aquel estudio podía leerse la habitual filiación de los autores, investigadores de la Universidad Weill Cornell (en EEUU), y una pequeña nota al final que decía que el trabajo había sido «financiado en parte por la Fundación para el Cáncer de Pulmón: Detección Precoz, Prevención y Tratamiento». Indagando en su historial fiscal, el diario NYT ha descubierto que esta pequeña organización sin ánimo de lucro estaba financiada casi íntegramente por Liggett Group, el fabricante de marcas de cigarrillos como Select, Eve, Grand Prix, Quest o Pyramid.

La noticia ha causado sorpresa e indignación a partes iguales en los editores de la revista, así como en otras publicaciones médicas de prestigio. «Nunca publicaría un estudio relacionado con el cáncer de pulmón escrito por un investigador que hubiese recibido dinero de la industria tabaquera», ha declarado la máxima responsable del ‘Journal of the American Medical Association’, Catherine DeAngelis, al enterarse de este vínculo.

Participación española

El doctor Javier Zulueta, jefe del servicio de Neumología de la Clínica Universitaria de Navarra, único centro español representante en el estudio, ha conocido la noticia a través de elmundo.es y se ha mostrado «totalmente sorprendido».

«He asistido a las reuniones del grupo de trabajo desde 1999 y nunca se ha mencionado esta cuestión. Estoy convencido de que ninguno de los otros 43 centros participantes sabe nada tampoco», ha explicado telefónicamente. De hecho, la próxima reunión de todos los participantes en la investigación (de los cuales el más importante y el que más pacientes aporta es la Universidad Weill Cornell) tendrá lugar en Chicago el próximo mes de abril.

A pesar de este malestar, Zulueta está convencido de que esta revelación no afecta para nada a los resultados del estudio, «aunque comprendo que transmite muy mala imagen».

La Clínica de Navarra ha aportado hasta ahora unos 2.000 pacientes al estudio, aunque el responsable de la rama española del estudio aclara que en este caso el único dinero recibido de Claudia Henschke es para asistir a las reuniones internacionales. «Al principio fue la Universidad de Navarra la que financió los TACs a un precio casi regalado, y luego los pacientes han pagado la prueba de su propio bolsillo».

Conflicto de intereses

Tanto las revistas científicas como las propias universidades son cada vez más estrictas con los posibles conflictos de intereses de los investigadores, y por eso es obligatorio que éstos especifiquen en sus trabajos cualquier posible relación con la industria, cualquier dinero, beca o gratificación que reciban de los laboratorios… En definitiva, cualquier cosa que pueda vincularles de alguna manera con su objeto de estudio y que está demostrado que suele influir (aunque sea inconscientemente) en las conclusiones. En este terreno, la industria tabaquera tiene un amplio historial de tácticas y estrategias para tratar de hacer ver los cigarrillos como algo no tan dañino para la salud.

El Grupo Vector, empresa matriz de la tabaquera, ha reconocido que entregó becas por valor de 3,6 millones de dólares (unos 2,2 millones de euros) a la fundación presidida por la doctora Henschke entre los años 2000 y 2003, aunque uno de sus portavoces ha insistido en que no tenía ningún «control o influencia» sobre sus investigaciones.

Los vínculos de los investigadores con el sector tabaquero también han sido ampliamente criticadas desde el mundillo oncológico. El presidente de la Sociedad Americana del Cáncer, Otis Brawley, ha reconocido que su organización entregó más de 100.000 dólares en becas a la doctora, «aunque no lo habría hecho de conocer sus relaciones con Liggett». Por su parte, Henschke se ha defendido en un e-mail enviado al NYT asegurando que el dinero de la oscura fundación representa sólo una parte de todo el dinero que costó la investigación sobre los beneficios del TAC entre los fumadores.

Duras críticas

Jerome Kasirer, antiguo editor del NEJM y autor de un libro sobre los conflictos de intereses en el sector médico difiere de su opinión: «Uno se pregunta, ‘¿qué interés puede tener la compañía tabaquera en apoyar este estudio?’. Lo que querían era mostrar que el tabaco no es tan peligroso si este método de detección precoz es capaz de salvar vidas. Y eso es escandaloso».

Y se atreve incluso a asegurar que su colega Henschke creó la fundación con el objetivo de recibir dinero de las tabaqueras sin despertar sospechas.

De hecho, los resultados de Henschke sobre los beneficios del escáner despertaron un amplio debate médico y social, y fueron varias las organizaciones de pacientes que presionaron a la administración en EEUU para solicitar un escáner anual a todos los fumadores.

Aún así, el investigador español defiende la validez del diagnóstico precoz para detectar a tiempo el cáncer de pulmón. «No sé cómo se puede beneficiar la industria de nuestros resultados… ¡Si de hecho ellos temen que les acaben obligando judicialmente a pagar el escáner anual a todos los fumadores!», concluye.

Fuente: El Mundo


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