El ‘invento’ indigna a políticos, religiosos y a la comunidad médica de Alemania
ELPAÍS.com – Madrid – 04/04/2008
De acuerdo con el método del antiguo político alemán, la «máquina del suicidio» administraría un anestésico y una dosis letal de cloruro de potasio al paciente, que moriría en unos minutos.
Políticos, la comunidad médica y sobre todo la iglesia de Alemania han mostrado su indignación por el ‘invento’. «Es contrario a nuestra ética, a nuestra tradición, al espíritu cristiano y a nuestras leyes», ha señalado Wolfgang Huber, líder de la iglesia luterana alemana. A juicio de Huber, la sociedad debe ayudar a los pacientes terminales a sufrir lo menos posible, pero nunca admitiendo el suicidio como una opción.
«A los que me critican, les digo: no es vuestro asunto», ha respondido Kusch al ser preguntado por las críticas que está recibiendo. Según Kusch, la mayoría de los alemanes ya ha aceptado el suicidio asistido como una forma de poner fin a su vida si ésta se les hiciera insoportable.
La muerte de Chantal Sébire, la mujer francesa que supuestamente se suicidó en marzo pasado tras sufrir un extraño tumor incurable en el rostro, ha reabierto en Europa el debate sobre la eutanasia.
La asistencia al suicidio a pacientes terminales no está ni permitida ni perseguida por la ley en Suiza, si bien la eutanasia activa (suministrar fármacos letales desde el sistema sanitario) sigue estando prohibida. Este vacío legal ha convertido a Suiza en el paraíso soñado por quienes persiguen una muerte digna y ha introducido formas de suicidio muy polémicas. Tal es el caso del método del helio. La fiscalía de Zúrich investiga varios vídeos en los que puede verse a personas que introducen la cabeza por su propia voluntad en un saco lleno de gas helio hasta que les sobreviene la muerte.
Fuente: El País