LAURA DANIELE
MADRID. A un día de que el presidente electo, José Luis Rodríguez Zapatero, ofrezca en el Congreso su discurso de investidura, el presidente de la Conferencia Episcopal Española (CEE) y cardenal arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco Varela, aseguró ayer que «la cultura de la muerte» reina en nuestra sociedad y advirtió al Gobierno de que «nadie puede reprimir la vida».
Con este aviso, el prelado, quien tendió un puente al Ejecutivo en su primer mensaje como presidente de la CEE, dejó claro al Gobierno que las propuestas laicistas que Zapatero pretende llevar adelante en esta legislatura, entre ellas la posible modificación de la ley del aborto, encontrarán un serio obstáculo en la Iglesia.
En su homilía, en una misa «Por la Vida» celebrada en la Almudena, el prelado hizo un llamamiento a defender el valor sagrado de la vida en contra de la cultura de la muerte que sucumbe en nuestros días, informa Análisis Digital.
Asimismo, insistió en que hay que respetar el don de la vida desde que nace en el seno materno y señaló que «nadie tiene derecho a atacarla, sobre todo, cuando se muestra en cualquiera de sus estados más indefensos, como la enfermedad o la vejez».
Al igual que hiciera el pasado viernes en la Eucaristía dedicada a monseñor Sebastián Gayá, el arzobispo de Madrid recordó que la cultura de la muerte triunfa en nuestra sociedad, ya que muchas de los vidas de los no nacidos dependen de otros; otros deciden por ellos si han de nacer o han de morir. «Hemos de reconocer justamente el don de la vida de los más indefensos porque la cultura de la muerte no sabemos dónde va a terminar», alertó el prelado. Con este mensaje, el cardenal Rouco Varela se sumó a la defensa que el cardenal arzobispo de Toledo, Antonio Cañizares, punta de lanza de la Iglesia contra el aborto, viene haciendo desde que se hizo público el programa electoral de los socialistas.
Ayer, en su homilía, el cardenal Primado avisó al Gobierno de que la Iglesia «no callará ante la cultura de la muerte legalmente establecida» en España, cuya máxima expresión se ve en el «escolfriante» número de abortos. «La injusticia y opresión más grave que corroe el momento presente es esa gran multitud de seres humanos débiles e indefensos que están siendo aplastados en su derecho fundamental a la vida», apuntó.
Asimismo, advirtió de que «el mundo actual trata de apagar o poner sordina» al mensaje de la Iglesia a través de «las campañas y la trompetería de los embajadores y servidores de la cultura de lamuerte», que «se cierne amenazadora sobre los hombres y los pueblos, sumidos en un invierno demográfico». Ante esta amenza, el cardenal insistió en que la Iglesia no cejará «en la defensa del hombre amenazado».
Las propuestas socialistas
Con estos mensajes, la Conferencia Episcopal marca el terreno donde se dirimirá el mayor conflicto de la próxima legislatura, de cumplir el Gobierno socialista su actual programa electoral. Sin embargo, los planes del Gobierno son más amplios de miras y pretenden relegar a la Iglesia al espacio privado. Prueba de ello es su proyecto de modificar algunos aspectos de la Ley de Libertad Religiosa para ofrecer «una mayor garantía de la aconfesionalidad y laicidad del Estado». Si bien hasta el momento Zapatero se ha mostrado contrario a denunciar los acuerdos con la Santa Sede, habrá que ver hasta dónde se propone llegar con su «promoción activa» de la neutralidad del Estado y, sobre todo, si tocará cuestiones como la presencia de símbolos religiosos en los espacios públicos, la asistencia religiosa en cárceles y hospitales y el Arzobispado castrense.
Fuente: ABC