A ha obligado a los Estados a tomar medidas para proteger a los ciudadanos. Pero cuando la alarma social ceda deberán decidir cuántos recursos es lícito emplear para luchar contra esta enfermedad, teniendo en cuenta que existen otras más dañinas para el ser humano.
G.S.S. – Jueves, 21 de Mayo de 2009 – Actualizado a las 00:00h.
Cuando el pánico social generado alrededor de la gripe A H1N1 disminuya, los Estados tendrán que afrontar una nueva crisis que tiene que ver con ciertas cuestiones éticas que rodean al virus. Por ejemplo, ¿se puede obligar a la gente a vacunarse?, se pregunta Arthur Caplan, director del Centro de Bioética de la Universidad de Pennsylvania, en The American Journal of Bioethics.
Además, ¿qué haremos con aquellos médicos y enfermeros que no siguen indicaciones higiénicas como lavarse las manos? ¿Les despedimos? Estos son algunos de los problemas que tendrán que ser resueltos, según Caplan.
El especialista cree que estas y otras cuestiones sobre la llamada gripe porcina serán debatidas en los próximos días.
Entre los retos que plantea el futuro se encuentra la distribución de la vacuna, que, en su opinión, será una realidad en los próximos meses. El bioético se pregunta quién hará uso de esta vacuna cuando esté disponible, dado que no habrá dosis suficientes para todos.
¿Cómo será racionada? ¿Por qué no ponemos más esfuerzos en la gripe común, que mata a muchas más personas? Al respecto, argumenta que medio millón de personas mueren en todo el mundo por esta gripe común cada año.
Papel de los medios
Caplan analiza también en su artículo el papel de los medios de comunicación. «Se volvieron locos al principio con titulares como La muerte está llegando a tu vecindario, pero una vez que se calmaron unos días después, han hecho un buen papel informando al público sobre la necesidad de lavarse las manos y permanecer en casa cuando se sientan mal».
Por su parte, Rabbi Claudio Kogan, director de educación de The Anshe Emeth Memorial Temple, considera que es importante reflexionar sobre estas cuestiones «para poder vivir en un mundo más justo».