Morín camuflaba abortos de 33 semanas como si fueran de 22

Una de las intervenidas fue una menor zaragozana embarazada de siete meses

Un informe del equipo de investigación judicial detalla las escuchas telefónicas entre Morín y sus colaboradores.

Carlos Morín tuvo que personarse en los Juzgados de Plaza de Castilla el pasado 14 de febrero Alejandro Olea

F. Velasco
Madrid- En las clínicas del doctor Carlos Morín en Barcelona donde se practicaban interrupciones voluntarias de embarazos se realizaron abortos de hasta 33 semanas, es decir, cuando la gestación superaba ya los ochos meses y la madre podía dar a luz en cualquier momento. Así lo ha establecido el Equipo de Delincuencia Organizada y Antidroga de la Unidad de Policía Judicial adscrita al Juzgado de Instrucción número 33 de Barcelona, donde su titular, Elisabet Castelló, investiga la presunta comisión de delitos de abortos ilegales en las clínicas TCB y Ginemedex, procedimiento que se inició en noviembre de 2006 tras la querella interpuesta por Alternativa Española Social (AES).
En el último atestado remitido por la Policía Judicial a la magistrada, al que ha tenido acceso LA RAZÓN, se detallan las investigaciones realizadas en relación con las mujeres que, presuntamente, se habían sometido a abortos fuera de los supuestos legales y que aparecían en las intervenciones telefónicas que se practicaron.
Informe claro y rotundo
En total, se ha podido localizar y determinar las circunstancias que rodearon a 17 mujeres que, supuetamente, se sometieron a abortos ilegales en las clínicas del doctor Morín. Pero, sobre todo, la Guardia Civil ha aportado datos «relevantes» para esclarecer los hechos investigados, obtenidos a través de intervenciones telefónicas.
Han sido, precisamente, esas intervenciones las que han sacado a la luz la práctica de abortos realizados en mujeres embarazadas de hasta ocho meses, aunque, eso sí, después se falseaban las historias clínicas para que figurase una gestación máxima de 22 semanas. En algún caso constaba de 24.
El informe es claro y rotundo al respecto: «Se evidencia que, a pesar de que a través de las intervenciones telefónicas queda claro que se practican abortos de 27, 28, 30 y hasta 33 semanas de gestación, al realizar las comprobaciones en los libros de quirófanos e historias clínicas en TCM y Ginemedex aparecen registradas con un tiempo de gestación máxima de 22 semanas». De hecho, el propio doctor Carlos Morín consideraba a su grupo de clínicas como centros especialistas «en abortos extremadamente tardíos en Europa».
Una de esas intervenciones alude a una conversación mantenida el 5 de noviembre del pasado año entre el doctor Morín y una de sus principales colaboradoras, María Virtudes, en la que hablan «de dos mujeres de 30 semanas y de una tercera de 33 de tiempo de gestación». Sin embargo, «los tiempos de gestación que figuran en los libros de quirófanos de TCB y Ginemedex de esos días no superan las 22 semanas, salvo una que consta 24 semanas».
Pocos días antes de esa intervención, desde el teléfono móvil de María Virtudes se ha captado una conversación relacionada con una menor de edad procedente de Zaragoza que «está de 29 semanas». Sin embargo, al igual que en los casos anteriores, en el libro de Ginemedex consta con un tiempo de gestación de 22 semanas.
Menores
En otra conversación, mantenida esta vez desde el móvil de otra colaboradora de Morín, se habla de una nueva menor, pero ésta vino desde Holanda, embarazada de 26 semanas. En el libro de TCB esa chica constaba embarazada de 21 semanas. En total, pueden recopilarse hasta 18 «historias» semejantes, donde se hace constar un embarazo no superior al límite legal de 14 semanas para los supuestos de malformación del feto.
Esta falsedad, añade el atestado elaborado por la Guardia Civil, sólo puede evidenciarse en los casos donde no se han obtenido datos de las intervenciones telefónicas, cuando se aporten otros datos de reconocimiento ginecológicos ajenas a las clínicas investigadas, «pero en todo caso parece una práctica habitual utilizada desde hace tiempo».
Junto a esos casos, el informe alude a otros en los que se dan igualmente esas circunstancias. En especial, se hace referencia a un aborto practicado a una mujer en el año 2005 el mismo día en que el hospital Valle de Hebrón de Barcelona lo rechazó «por hallarse fuera del término legal» (24 semanas). Sin embargo, fue desde ese propio centro sanitario público desde el que se le aconsejó acudir a Ginemedex para someterse a la interrupción del embarazo.
En la «manifestación voluntaria» que realizó esa mujer el pasado 14 de marzo ante la Guardia Civil de Barcelona relata cómo, tras quedarse embarazada a principios de 2005, se le realizaron pruebas en un hospital de Lérida, cuando ya estaba de 22 semanas de gestación, que determinaron que el feto presentaba una anomalía muy grave, por lo que la remiten al Hospital Valle Hebrón de Barcelona donde se confirma la anomalía y se le informa de que «no existe ninguna posibilidad de que el niño sobreviva debido a la grave alteración del corazón».
Fue entonces cuando, desde el mismo hospital barcelonés, le aconsejan que aborte y le facilitan «una relación de clínicas donde poder llevarlo a cabo, pero aconsejándole que acuda a la clínica Ginemedex», donde le inyectaron un «líquido blanco» que «mató al feto» para, posteriormente, provocarle el parto.

Fuente: La Razón


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