Los estudios genéticos que se nutren de muestras humanas suponen una gran esperanza para la investigación médica, pero también pueden ser una amenaza para la autonomía de los participantes.
DM Roma16/09/2008
Así lo piensa Matthias Wjst, científico del Instituto de Medicina Genética de Bozen, (Italia), que junto con su equipo ha concluido en un estudio que el tradicional proceso del consentimiento informado (aquél en el que el investigador aconseja a los participantes potenciales sobre los riesgos y beneficios de participar en el estudio) puede haber caducado y ser inapropiado cuando se use para investigaciones de larga duración que empleen materiales biológicos.
Cuando se firma
«En la práctica habitual el único momento en el que una persona es realmente capaz de tomar una decisión sobre su participación en una investigación clínica es cuando firma el documento de consentimiento informado», señalan los autores del estudio, que argumentan que existe un problema al consultar esta decisión a los participantes «de una vez para siempre», ya que una muestra biológica que es utilizada en una investigación podría ser usada en un estudio futuro pasados unos años. «El consentimiento informado debería ser visto como un proceso en curso entre el investigador y el participante y no como una decisión que se hace para siempre sobre la muestra que se va a donar». Los autores creen que cualquier investigación que use un almacenamiento de muestras preexistente necesita ser explicada a los que donaron dichas muestras para que den su apoyo si lo consideran oportuno. Esta nueva comunicación podría comprender encuentros cara a cara o en grupo, o hacerse por correspondencia convencional o electrónica.
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