Es necesario que se lleve a cabo el desarrollo reglamentario de la Ley de Investigación Biomédica (LIB) en lo que se refiere a los comités de ética. Esta es la principal conclusión que ha alcanzado un grupo de trabajo multidisciplinar que, promovido por el Instituto Roche, trabaja desde marzo de 2007 en la elaboración de una guía que clarifique el actual mapa de controles éticos en la investigación en España y que proponga posibles mejoras.
Gonzalo de Santiago19/06/2008
El grupo de trabajo denominado de Controles Éticos de la Actividad Biomédica lo conforman juristas, miembros de comités de distintos ámbitos, médicos e investigadores. La presentación, que tuvo lugar en el Instituto Roche, corrió a cargo de Carlos Romeo Casabona, titular de la Cátedra de Derecho y Genoma Humano de las universidades de Deusto y del País Vasco; Pilar Nicolás, doctora en Derecho por la Universidad de Deusto; Jaime del Barrio, director general del Instituto Roche; Agustín Zapata, catedrático de Biología Celular, y Ramón Colomer, presidente de la Sociedad Española de Oncología Médica.
A finales de año
Las conclusiones se conocerán a finales de este año y se publicarán en una guía. Sin embargo, Zapata expuso que ya han detectado falta de regulación normativa en lo relativo a los comités. «La LIB se promulgó hace un año y no ha habido desarrollo reglamentario, lo que genera un vacío legal particularmente en lo que se refiere a los comités de ética de investigación». En su opinión, la ausencia de esa normativa de mínimos impide que las comunidades tengan un referente para el desarrollo de los comités y «esta obra puede representar un aldabonazo para que la gente se dé cuenta de la relevancia de estos órganos y de la necesidad de clarificar la situación de los controles éticos en la actividad biomédica».
Esa importancia radica, entre otras cosas, en que la LIB establece claramente que cualquier investigación requiere un informe de un comité, que tiene que estar reconocido por las comunidades autónomas. «Esto quiere decir que un investigador que trabaje en el ámbito de la biomedicina con muestras humanas no va a poder tener una financiación o permiso para investigar si un comité de ética no se lo permite». Es decir, la LIB crea estos comités para que nadie escape de su control. «Nuestro propósito es que los científicos sepan a dónde tienen que dirigirse, cómo tienen que hacerlo y aportar una serie de recomendaciones para que se agilicen los trámites».
El grupo de trabajo ha elaborado un mapa de los órganos que controlan la actividad biomédica en España y una descripción de las rutas que los investigadores deben seguir según el tipo de proyecto. Romeo Casabona cree que el mapa se ha desbordado por la cantidad de órganos que existen, por lo que alabó el objetivo de esta iniciativa de enumerarlos y clarificarlos.
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