Los resultados han sorprendido a Giménez, que «pensaba que iban a ser mucho más negativos». No obstante, llama la atención la diferencia que existe entre ambos centros de salud: «Es curioso hasta qué punto son dispares los resultados, ya que en el centro de nivel sociocultural alto -situado en el centro de Málaga- la opinión es muy favorable con respecto al uso de los ordenadores, todo lo contrario que en el otro centro, ubicado en un área de perfil sociocultural medio-bajo».
A juicio de Giménez, los habitantes que por su situación económica están más acostumbrados a manejar ordenadores tienen una opinión mucho más favorable sobre ellos.
Sin embargo, a pesar del deterioro de las relaciones entre profesionales y usuarios, el 84 por ciento de los encuestados considera muy útil el empleo de la informática y el 74,3 por ciento no los suprimiría. Otro resultado contradictorio es el que respecta al tiempo: un 53,4 por ciento de los pacientes piensa que usar un PC acelera las consultas, algo que los médicos perciben al revés.
«Nos quejamos mucho, solemos estar enfadados con los ordenadores porque, aunque el sistema es muy bueno, el ancho de banda lo hace ir demasiado lento, con lo que podemos tardar hasta cinco minutos en hacer una derivación, tiempo máximo que teóricamente tenemos por paciente».
Los médicos, de acuerdo
Con este aspecto coincide otra comunicación presentada en el congreso por Enrique Sánchez Casado y su equipo del Centro de Salud San Juan, de Salamanca, que, bajo el título ¿Qué piensan los sanitarios de la presencia del ordenador en la consulta de atención primaria?, refleja cómo el 62,7 por ciento de los profesionales cree que el uso de sistemas informáticos facilita su tarea pero que no se adecúa a sus necesidades (74,5 por ciento de las opiniones) ni al tiempo real de las consultas (78 por ciento).