«Su presencia es vital porque para el enfermo la dimensión espiritual es fundamental y necesaria. Y no se trata de que el ‘asistente espiritual’ vaya a imponer su moral en el informe que redacte el comité, sino que puede «arrojar luz» al dar una opinión no científica, sino más humanista en momentos delicados en los que pueden entrar en conflicto los deseos del paciente con los de su equipo médico. El dictamen que alcancen los miembros de este grupo no se alcanza con votos individuales. Tampoco es vinculante, sólo consultivo. «Por tanto, el sacerdote no tendría capacidad de decisión», subraya.
Voz reconocida
Además de auxiliar de Bilbao, Mario Iceta es doctor en Medicina y, durante su estancia en Córdoba, ciudad en la que se ordenó sacerdote hace catorce años, fundó la Sociedad Andaluza de Investigación Bioética y Ciencias de la Salud. Además, como voz reconocida en la materia, ha impartido varios cursos y ponencias sobre estos temas y ha publicado el libro ‘Futilidad y toma de decisiones en medicina paliativa’.
Entre las cuestiones morales que pueden abordarse en los CEA, legislados de forma paulatina desde 1973 en España -el Decreto 143/1995 de 7 de febrero regula su creación y acreditación en el País Vasco desde 1995-, no se habla sólo de cuidados paliativos, que más bien suelen acordarse en la práctica diaria entre el equipo médico y las familias. Se tratan otras situaciones críticas que conllevan decisiones difíciles: reanimación de neonatos, sedación terminal, asuntos relacionados con enfermos psiquiátricos, la actuación con pacientes testigos de Jehová en el caso de transfusiones y trasplantes… Se establecen líneas generales de actuación que a los facultativos les sirven para saber cómo llevar a cabo ciertos cuidados. «Sus conclusiones no son una obligación, sino una orientación, y no sustituyen nunca al facultativo», explica el auxiliar de Bilbao, que dedicó tiempo a estudiar la Bioética en los años noventa, cuando preparaba su tesis doctoral.
«Este tipo de comités tienen raíz anglosajona. Se desarrollaron sobre todo en EE UU y, como allí hay pluralidad de religiones, el agente espiritual en cuestión puede ser un rabino, un sacerdote católico, un pastor…», explica Iceta. «Lo sorprendente sería no contar con ellos», incide el prelado. Lo cierto es que en la mayoría de los grandes hospitales públicos españoles, así como en las áreas de atención primaria, existe un CEA. Lo que no es mayoritario es que intervengan religiosos en ellos.