Si hay algo femenino, es el óvulo, y poco hay tan masculino como un espermatozoide. Pero algunas de las investigaciones en marcha podrían desembocar en un aparente sinsentido que revolucionaría la medicina reproductiva. Algunos biólogos están intentando que células masculinas se transformen en ovocitos, y células femeninas en esperma.
Greg Aharonian trata de patentar una tecnología que podría hacerlo posible, o abrir un nuevo debate bioético sobre los límites de la ciencia. Su objetivo es facilitar a las parejas gays ser padres sin tener que recurrir a adopciones, «madres de alquiler» o donaciones de gametos. Niños genéticamente propios.
El pasado abril, Karim Nayemia, de la Universidad de Newcastle, logró fabricar en el laboratorio espermatozoides inmaduros a partir de células madre de la médula ósea. Otros equipos en Brasil han obtenido óvulos y esperma a partir de células embrionarias de ratón. Una de las opciones que también se ha planteado es la fabricación de cromosomas artificiales. De esa manera se podrían crear espermatozoides a partir de células femeninas y añadir la falta de cromosomas «Y».
Fuente: ABC