Emilio Sanz: «Es necesaria una selección específica para cursar Medicina»

Entrar en Medicina no puede ser sólo cuestión de nota de corte. Así piensa al menos Emilio Sanz, nuevo decano de la facultad de La Laguna. Según él, «hace falta una selección específica, aunque no sé cuál es la forma ideal de hacerla con criterios de igualdad y transparencia».
Álvaro Sánchez León 31/03/2008

Más de 20.000 estudiantes españoles se quedan sin poder estudiar Medicina por la elevada nota de corte que exigen todas las facultades. Y entre esos aspirantes a los que se les cierran las puertas habrá grandes vocaciones profesionales: algunos, incluso más válidos que los que consiguen plaza universitaria. Sobre el proceso de selección, los nuevos planes de estudio y la realidad del pregrado español habla el nuevo decano de la Facultad de Medicina de la Universidad de La Laguna, Emilio Sanz, director del Máster Interuniversitario de Bioética desde 2003 y ex presidente de la Comisión Deontológica del Colegio de Médicos de Tenerife.

¿Cree que la nota de corte es suficiente para controlar el acceso al pregrado?
-En Medicina no hay nota de corte, sino un máximo de alumnos que caben en las aulas universitarias. Creo que este sistema es el menos malo hoy por hoy, pero tengo mis dudas de que sea el mejor. Medicina necesita una selección específica donde se incluya una entrevista personal con los candidatos, aunque reconozco que no sé cuál es la forma ideal de desarollar esta prueba con criterios de transparencia e igualdad. Lo que está claro es que los alumnos que entran en las facultades no siempre son los más aptos.

¿Está de acuerdo con la Administración en que hace falta aumentar considerablemente el número de plazas universitarias?
-No estoy a favor del aumento indiscriminado: es una irresponsabilidad utilizar a las facultades para formar a médicos que luego van al paro. Quizás la Administración deba saber que los centros académicos están al máximo de sus capacidades y que los hospitales universitarios son los que son.

Y, además, no sobran profesores.
-En mi facultad, cerca del 90 por ciento de los docentes tiene más de 50 años, y el caso de La Laguna no es una excepción. Todos los decanos estamos preocupados porque tenemos un profesorado excelente, pero envejecido. Necesitamos renovar la estructura docente y propiciar medidas que aseguren el reemplazo generacional.

El problema que tenemos es que hay pocos médicos que quieran dedicarse a disciplinas básicas, y los que ejercen en el ámbito clínico tienen poco tiempo para la docencia y hay muchas dificultades para que pasen de ser profesores asociados a titulares y catedráticos.

¿Falta coordinación entre Sanidad y Educación?
-Sí.

¿Y hasta qué punto esa descordinación repercute en la calidad de la formación de pregrado?
-Las universidades y los hospitales universitarios están relacionados por un decreto que requiere actualizarse, y este retraso es por falta de diálogo entre ambos ministerios.

Como especialista en bioética, ¿sabe ya qué papel tendrá la disciplina en los nuevos planes de estudio?
-No está definido si será una asignatura troncal o no, pero sí queda claro que ninguna facultad podrá saltarse la obligación de incluir formación especializada sobre ética médica y bioética en su curriculum. Creo que el médico que queremos no es tanto un facultativo general sino algo así como una célula madre pluripotencial no diferencial dirigida a la especialización. Por eso, durante la carrera debemos centrarnos más en formar a buenos médicos y buenas personas que a saturar a los alumnos sólo con conocimientos técnicos que en poco tiempo se quedan obsoletos. Le especialización la adquirirán durante la residencia.

¿Habrá curriculum longitudinal de bioética?
-Es difícil, pero hay que intentarlo. Sería bueno que, al menos, la bioética estuviera presente al principio y al final de la carrera.

¿Cuál es el déficit más acentuado del estudiante de Medicina?
-Para ser experto en humanidad debe estar más implicado en actividades culturales y sociales.

Máster en deontología colegial aplicada
Emilio Sanz ha sido miembro de la Comisión de Deontología, Derecho Médico y Visado del Colegio de Médicos de Tenerife durante 22 años. De ellos, los últimos 20 ha ocupado la presidencia del órgano asesor de la corporación insular. Tras acceder al decanato de la Facultad de Medicina de La Laguna no ha tenido más remedio que cortar el cordón umbilical que le mantenía atado a la deontología profesional, aunque sigue dirigiendo el Máster Interuniversitario de Bioética y sigue participando en varias asociaciones especializadas.

Según él, el problema que tienen las comisiones deontológicas de los colegios de médicos es que «se mezclan temas civiles, éticos y deontológicos». Con dos décadas de experiencia a sus espaldas, cree que la importancia de estos órganos no requiere que tengan más poder ejecutivo: «Son asesoras y no deben tener más responsabilidades de las estrictamente consultivas. El aparato sancionador depende de las juntas directivas de las corporaciones.

Lo importante es que los dirigentes de los colegios se tomen muy en serio los informes que redacta y acate medidas, evitando que interfieran otros intereses personales que frenen su aplicación».

Fuente: Diario Médico


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