El nuevo Plan Nacional de I+D+i y la biomedicina

Miguel A. Quintanilla

Secretario de Estado de Universidades e Investigación (en funciones). Ministerio de Educación y Ciencia.

21 Marzo 2008

Dos de sus 5 acciones estratégicas –salud y biotecnología– tienen una implicación directa con la medicina

La Agenda de Lisboa, aprobada por el Consejo Europeo en 2000, estableció como objetivo convertir la Unión en la economía del conocimiento más competitiva y dinámica del mundo antes de 2010. España es, sin duda, uno de los países que más empeño está poniendo por cumplir los objetivos trazados aquel marzo de 2000 en la capital lusa. El esfuerzo inversor de esta legislatura, materializado en el hecho de que los presupuestos 2007 en I+D han doblado a los de 2004, se produce en un entorno en el que otros países de referencia no están aumentando su inversión en esta materia, lo que contribuye a acercarnos a la media europea. España se encuentra en pleno período de transición, que nos llevará a lograr unos resultados en innovación al mismo nivel que el resto de nuestros logros económicos.

En otras palabras, tenemos que trabajar mirando hacia adelante, como lo hace patente el programa de I+D+i INGENIO 2010, lanzado en junio de 2005. INGENIO incluye medidas como el aumento de la inversión pública en I+D+i hasta 2010, a razón de más de un 25% anual, y la mejora de los instrumentos políticos y nuevas acciones estratégicas para complementar las iniciativas existentes. El objetivo es alcanzar el 2% del PIB de inversión en I+D+i en 2010, con un 55% de contribución por parte del sector privado. Con vistas a un marco temporal más amplio, el Gobierno ha redactado la Estrategia Nacional de Ciencia y Tecnología 2008-2015, profundamente consensuada por el Estado y las comunidades autónomas.

Este compromiso con el futuro se ha concretado esta legislatura con el principal instrumento de impulso a la investigación en España, el Plan Nacional de I+D+i 2008- 2011, que incluye los objetivos de INGENIO y la Estrategia Nacional de Ciencia y Tecnología. Este nuevo Plan Nacional, con sus 47.754 millones de presupuesto, es el fruto de un compromiso presupuestario sin precedentes, que supone casi doblar los 24.101 millones del anterior plan.

Su elaboración responde a la filosofía de dotar de mayor autonomía a los actores del sistema. Está diseñado para ajustarse al escenario actual de la I+D+i, y por eso hemos consultado e implicado desde el primer momento a los agentes y actores clave en estas actividades. Se trata de aunar esfuerzos para responder a las necesidades y demandas de la comunidad científica y empresarial.

Tres principios fundamentales rigen este Plan: primero, poner las actividades de I+D+i al servicio de la ciudadanía, del bienestar social y de un desarrollo sostenible, con plena e igual incorporación de la mujer; segundo, hacer de la I+D+i un factor de mejora de la competitividad empresarial; y, tercero, ser un elemento esencial para la generación de nuevos conocimientos.

Pensando en sus beneficiarios y usuarios, se presentan una serie de novedades, como su claridad estructural, con la desaparición de las líneas temáticas para dar paso a las líneas instrumentales: recursos humanos, proyectos de I+D+i, fortalecimiento institucional, infraestructuras, utilización del conocimiento y articulación e internacionalización del sistema. Ahora se crea una ‘ventanilla única’, se homologan los procesos de evaluación y se reducen las más de 100 convocatorias anuales de 2007 a sólo 18 –una por programa– a partir de 2008. También incluye un compromiso presupuestario plurianual, con crecimientos anuales del 16%, y se apuesta por la vertebración territorial. Los programas están abiertos a la participación de las comunidades autónomas, algo imprescindible, junto con la implicación del sector privado, para alcanzar los objetivos de los que hablábamos antes.

Cuatro áreas principales

El Plan se estructura en 4 áreas principales: la generación de conocimientos y de capacidades científicas y tecnológicas, el fomento de la cooperación en investigación y desarrollo, el desarrollo e innovación tecnológica sectorial y las acciones estratégicas. En este sentido, si bien el área de generación de conocimientos no se prioriza por campos académicos (química, biología, etc.), sí se han identificado 5 “acciones estratégicas”: salud; biotecnología; energía y cambio climático; telecomunicaciones y sociedad de la información; y nanociencias, nanotecnologías, nuevos materiales y nuevos procesos industriales. Se trata de sectores en los que España presenta un gran potencial científico y tecnológico y que, al mismo tiempo, representan objetivos socioeconómicos de su política de Estado.

Como vemos, 2 de las 5 acciones estratégicas –salud y biotecnología– tienen una implicación directa con la biomedicina. La investigación en salud supone un instrumento clave para aumentar el bienestar y la calidad y expectativa de vida de los ciudadanos, y el nuevo Plan no ha permanecido ajeno a ello.

La acción estratégica de Salud tiene por objetivo generar conocimiento para preservar la salud y el bienestar de la ciudadanía y fomentar la actividad científica y tecnológica por parte de todos los actores implicados: el Sistema Nacional de Salud (SNS), las universidades, los centros de investigación y los centros tecnológicos, y, por supuesto, el sector privado. Esta área incluye a la Biomedicina, las Tecnologías Farmacéuticas, Tecnologías y Ciencias de la Salud, así como a las interfases con las áreas de Biotecnología, de Química y Materiales o de Tecnologías de la Información y la Comunicación. El futuro y la posición de España en esta área dependerá de su capacidad para ofrecer líneas de investigación biomédica de alta calidad, orientadas a problemas, inscritas en planteamientos globales y que presenten un enfoque multidisciplinar.

“Dos de sus 5 acciones estratégicas –salud y biotecnología– tienen una implicación directa con la biomedicina. La investigación en salud supone un instrumento clave para aumentar el bienestar y la calidad y expectativa de vida de los ciudadanos, y el nuevo Plan no ha permanecido ajeno a ello.”

Esta acción estratégica está compuesta de una serie de líneas temáticas: Tecnologías moleculares y celulares de aplicación a la salud humana, que contempla el proceso desde la investigación biológica al desarrollo de nuevos fármacos y terapias; la investigación traslacional sobre la salud humana, que se centra en el análisis de los mecanismos que rigen las enfermedades y en el desarrollo de aplicaciones clínicas derivado de ese análisis; fomento de la investigación en Salud Pública, Salud Ambiental y Salud Laboral y Dependencia y Servicios de Salud para la mejor calidad de vida funcional de la población española, que incide en la necesidad de generar nuevos métodos de investigación y bases científicas que sustenten las políticas del SNS; fomento de la investigación farmacéutica en medicamentos y desarrollo de tecnologías farmacéuticas, priorizando la innovación en nuevos fármacos para las enfermedades más relevantes; y el SNS como plataforma de desarrollo de investigación científica y técnica con el entorno industrial y tecnológico, que potencia el encuentro entre el SNS y la industria para ofrecer respuestas tecnológicas a los problemas que se planteen.

Evaluación previa

Los objetivos de esta área estratégica son aumentar la inversión, tanto pública como privada, el número y calidad de los recursos humanos y la producción científica y la dimensión internacional en I+D+i en salud. Más concretamente, en cuanto a recursos humanos, el Plan Nacional recoge la creación de ayudas predoctorales en investigación en salud y en gestión de la investigación, contratos en investigación para profesionales sanitarios que hayan finalizado el período de formación sanitaria especializada Río Hortega. En cuanto al fomento de la movilidad, se crean bolsas de Ampliación de Estudios y se aumenta la flexibilidad. También se impulsa la incorporación de recursos humanos por medio de los contratos postdoctorales de perfeccionamiento en investigación en salud Sara Borrell, o los Miguel Servet, para la contratación de investigadores en el SNS, entre otros.

Parte destacada del nuevo Plan es el llamado fortalecimiento institucional sobre hospitales universitarios, que se concreta en la creación de institutos de investigación sanitaria. Estos centros se unen a las grandes infraestructuras dedicadas a la salud. Entre ellas, las Instalaciones Científico Técnicas Singulares (ICTS), infraestructuras únicas en su género que requieren de una inversión relativamente elevada y que constituyen un elemento relevante para el progreso de la ciencia experimental y el desarrollo tecnológico.

Es el caso de la nueva Instalación de Biología Estructural Proteómica conectada al Sincrotón ALBA, en Cataluña, que impulsará la biología estructural y mejorará el conocimiento sobre las biomoléculas implicadas en enfermedades. La Plataforma ‘Mouse Clinics’, también en Cataluña, tiene por objeto desarrollar una plataforma de fenotipado del ratón de alto rendimiento, fundamental para avanzar en el conocimiento de la fisiología, la bioquímica y la organogénesis humana. Madrid albergará una Instalación de Tratamiento de Imagen Médica, que desarrollará investigación básica, preclínica, clínica y traslacional en imagen molecular y funcional. Acogerá varias líneas de investigación, como el desarrollo de nuevos radiofármacos y marcadores magnéticos y la visualización no invasiva de los fundamentos moleculares y celulares de la fisiología y patología cerebral. Parecidos desarrollos permitirán, en Navarra, su nueva Instalación de Imagen Médica y Diagnóstica, y, en el País Vasco, la Instalación de Imagen Molecular. En la Comunidad Valenciana, la Instalación de Investigación en Física Médica aplicará técnicas de física de partículas y nuclear a la terapia y el diagnóstico de enfermedades oncológicas y neurodegenerativas, y permitirá la terapia del cáncer a enfermos de toda España, en especial en aquellas terapias en las que la radioterapia convencional supone un riesgo inaceptable para el paciente, como el cáncer ocular, de cerebro y de próstata.

Internacionalización

El Plan Nacional también contempla medidas para fomentar la articulación e internacionalización del sistema, como las redes CIBER y RETICS, y la cooperación público-privada, apoyando la creación de proyectos conjuntos entre empresas del sector industrial e instituciones del SNS y las ayudas para el desarrollo de empresas de biotecnología, e-salud, e-inclusión, y otras tecnologías biomédicas y en ciencias de la salud. Por último, contempla el desarrollo de la investigación en el marco del Espacio Europeo de Investigación y el entorno internacional.

Por su lado, el área estratégica de biotecnología dedica su primera línea temática a la biotecnología aplicada a la salud. Esta área pretende apoyar el crecimiento y consolidación del sector empresarial, impulsar la innovación en el sector privado, reforzar la necesaria cooperación público-privada y la excelencia científica, aumentar el porcentaje de los fondos del VII Programa Marco de la UE en biotecnología y fortalecer el impacto social de esta área de conocimiento.

Con este nuevo Plan, España pretende ganar la batalla de la competitividad y la productividad. Con un crecimiento del PIB por encima de la media europea en las 2 últimas décadas, nuestro país presenta sin embargo una productividad menor. En lo que respecta a la I+D privada, el número de empresas españolas que basan su competitividad en innovación y tecnología es todavía bajo. La presencia de I+D en las PYMES, que configuran la mayor parte de nuestro tejido empresarial, es también insuficiente. Y, sin embargo, España cuenta con un potencial investigador creciente. El porcentaje de licenciados universitarios ha crecido de un 11% de la población en 1995 a un 38% en 2005, uno de los mayores de Europa. Y el papel y la implicación en nuestro sistema de I+D de la industria es creciente. Hoy, más que nunca, existe un consenso en el sector privado de que la investigación y la innovación son herramientas imprescindibles para impulsar la competitividad y la productividad.

Hay signos recientes positivos para nuestra economía, como el incremento de las exportaciones y de las inversiones en bienes de equipo, así como un aumento del peso de la participación privada en el gasto de I+D. Se trata de una tendencia que el nuevo Plan Nacional de I+D, sin duda, potenciará, en beneficio directo del sector biomédico.

“El futuro y la posición de España en biomedicina dependerá de su capacidad para ofrecer líneas de investigación de alta calidad, orientadas a problemas, inscritas en planteamientos globales y que presenten un enfoque multidisciplinar.”

Fuente: Jano


Publicado

en

por

Etiquetas: