El lenguaje del médico ha perdido calidad y claridad

La profesión médica ha perdido calidad en el lenguaje que utiliza y se refugia en los tecnicismos, según ha explicado Francisco García Fernández en su discurso de ingreso en la Real Academia de Medicina de Galicia. «El médico que no escribe todos los días no es un buen médico».
María Lagoa. Vigo 06/06/2008

Es la opinión de Francisco García Fernández, cardiólogo en excedencia del Hospital Universitario La Paz, de Madrid, escritor y presidente de la Asociación de Médicos Gallegos (Asomega). El empobrecimiento del lenguaje del médico, tanto hablado como escrito, fue uno de los ejes argumentales de su conferencia de ingreso en la Real Academia de Medicina y Cirugía de Galicia. El acto de recepción se celebró el viernes en la sede de esta institución, en La Coruña.

En su discurso, realizó una defensa del valor del lenguaje como instrumento para dar credibilidad al conocimiento y su aplicación práctica. La excesiva carga de tecnicismos y la participación del médico «de la chabacanería actual» son, a su juicio, los motivos de que el lenguaje de este profesional haya perdido la calidad que tenía en el pasado: «Lo que ocurre con los médicos es un reflejo de la erosión general del lenguaje cotidiano. Por otra parte, la utilización masiva de tecnologías ha derivado en un empleo excesivo de términos técnicos; los médicos nos estamos escondiendo detrás de las máquinas».

Tecnicismos
García Fernández evocó épocas históricas en las que el médico era una figura sobresaliente, con conocimientos elitistas y exquisitos, y portador de un lenguaje que contribuía a hacerlo especial.

La situación actual es bien distinta. El lenguaje en los hospitales se ha vulgarizado y plagado de tecnicismos, lo que, en su opinión, no satisface al paciente: «Curiosamente, a la gente le gusta que el médico le hable bien, con claridad; no le gustan las metáforas ni los giros irónicos». La disminución de vocablos y las imperfecciones sintácticas son otros defectos que comienzan a hacerse habituales.

«Hablar mal es para los mítines electorales, la taberna o las disertaciones con los amigos, pero no para el ambiente científico», enfatizó el nuevo académico.

El deterioro de la escritura médica también es evidente: «Antes teníamos unas formulaciones científicas e ilustrativas con cierta cadencia, se podía aprender; ahora, los artículos médicos son o muy pobres o importantes pero sobre una vertiente muy concreta».

Además, se ha perdido la práctica de escribir a diario y de volcar reflexiones en las historias clínicas. García Fernández recomendó dedicar esfuerzo a realizar estudios, tratados y artículos, pero consideró imprescindible reflexionar y escribir las incidencias de todos los días de los pacientes en las historias clínicas: «Hoy vamos al informe técnico, escueto y poco comprometido.

No digo que haya que hacer una novela de cada historia, pero el médico que no escribe cotidianamente no es un buen médico». Por último, criticó que haya profesionales que «quieran llegar a maestros sin hacer antes el camino reglamentario». El resultado es que se pierde la reflexión clínica y el juicio de valor. Por el contrario, se recurre en exceso al tecnicismo.

http://www.diariomedico.com/edicion/diario_medico/entorno/es/desarrollo/1132312.html


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