Bioética a paso de tortuga

Creado por la Ley de Investigación Biomédica en julio del 2007, el Comité de Bioética de España (una vieja aspiración de cuantos nos dedicamos a estos temas), conocía la lista de sus primeros integrantes el 21 de diciembre de ese mismo año. Pero hubo que esperar a octubre del 2008 para la constitución formal de este. ¿Es que las cosas no podían ir más rápido? Al menos podría pedirse la misma premura con la que se constituyó la comisión ad hoc nombrada por la ministra de Igualdad para que asesorase al Gobierno sobre la posible modificación de la ley del aborto. Por cierto que uno, en sus pocas luces, no entiende la necesidad de dicha comisión ad hoc cuando España ya tiene, después de tantos años, un Comité de Bioética, que la propia ley define como «órgano colegiado, independiente y de carácter consultivo, sobre materias relacionadas con las implicaciones éticas y sociales de la Biomedicina y Ciencias de la Salud». ¿O sería esa nota de independencia la que preocupaba a la ministra? Los papeles dicen que también Galicia tiene su propio órgano asesor, la Comisión Galega de Bioética, creada el 13 de febrero del 2001. Sus primeros integrantes fueron nombrados el 3 de septiembre de dicho año y renovados el 18 de mayo del 2005. ¿Alguien sabe de su existencia? ¿Alguien puede decirme qué informes ha elaborado? Porque, de haberlos, deben estar guardados bajo siete llaves. Mientras, los componentes de los diferentes comités de ética de nuestra tierra deben bregar en solitario su propia travesía, sin nadie que los coordine.