Hay que exigir al médico una ética basada en valores profesionales, que deben compartirse, según Benjamín Herreros, máster en Bioética.
Gonzalo de Santiago – Lunes, 29 de Junio de 2009 – Actualizado a las 00:00h.
Benjamín Herreros, máster en Bioética y médico internista del Hospital de Alcorcón (Madrid), cree que no es posible determinar una ética de máximos en el mundo sanitario, «pero sí hay que exigir una ética basada en los valores profesionales». Estos valores se deben transmitir entre los profesionales y lo fundamental es el ejemplo activo de cada uno de ellos.
Esta fue la principal conclusión del especialista en una conferencia ofrecida en la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación, dentro del V Seminario Internacional e Interuniversitario de Biomedicina y Derechos Humanos, celebrado en Madrid.
En su opinión, es necesario formar al médico en este terreno: «En la medicina hay muchos conflictos éticos y muchas veces los profesionales no saben cómo resolverlos. Surgen cuando no podemos cumplir todos los valores y hay que elegir porque algunos de ellos se van a ver dañados».
Ética de cada profesión
Herreros cree que la ética de máximos tiene que ver con el proyecto personal de cada ser humano. En cambio, la de mínimos es la que conforma cada sociedad. En este punto, cuestionó si hay una ética propia de cada profesión. «En el mundo sanitario hay que preguntarse por los fines de la medicina, y los valores prioritarios serían aquéllos que nos permitieran alcanzar dichos fines».
Según el ponente, estos fines son curar, aliviar y prevenir las enfermedades, cuidar y acompañar. «Un profesional cualificado debe adquirir una serie de conocimientos y valores para alcanzar dichos fines». Por lo tanto, hay que ahondar en el conocimiento científico, el estudio, la actualización, la humildad intelectual y el esfuerzo. «Un buen médico debe desarrollar ciertas habilidades como la capacidad de comunicarse con los enfermos y la habilidad técnica.Además, tiene que desarrollar actitudes como la empatía, compasión, colaboración, curiosidad o inquietud intelectual, exigencia con su trabajo y con el de los compañeros, y responsabilidad».