VIRGINIA RÓDENAS
-A la reproducción asistida pueden acudir en España matrimonios y parejas de hecho heterosexuales y de lesbianas, mujeres solas… ¿Me dejo a alguien?
-No. Nuestra ley es la más flexible y permisiva de todo el entorno europeo. De ahí que vengan muchísimas personas de otros países a lograr aquí lo que les está prohibido en su lugar de origen.
-También he visto en su revelador «Bioética y ley en reproducción humana asistida. Manual de casos clínicos» (Fundación Salud 2000) a transexuales, polígamos…
-El caso del polígamo se debe a gente que viene de países con otra cultura, pero el de transexuales que quieren preservar su fertilidad congelando sus gametos para usarlos al cambiar de sexo se ha dado ya varias veces en España.
-Visto el panorama de la reproducción, ¿en qué sociedad diría qué vivimos?
-Los que anhelan tener un hijo y acuden a la reproducción asistida porque no pueden de forma natural merecen nuestra comprensión y apoyo. Cuestión distinta es quienes se acercan a estas técnicas para desarrollar sus fantasías de un hijo perfecto o para ahorrarse las molestias de un embarazo contratando un vientre de alquiler.
-¿Qué le desconcertó más?
-Al analizar diariamente este tipo de casos he perdido un poco la capacidad de sorpresa. Quizás uno reciente de una madre soltera que vivía con su hijo y que, al fallecer éste, ha pedido usar su semen para fecundarse in vitro con ovocito de donante y ser madre de nuevo. Aún me sobrecoge el profundo desconsuelo y soledad en que debió de quedar esta mujer para interesar una cosa así.
-A mí lo del «trío afectivo» me dejó KO.
-En una sociedad donde el mensaje que se da es que la familia tradicional es algo rancio y obsoleto, hay algunas personas que idean nuevas formas de convivencia que terminan sobrepasando las previsiones de los más progresistas. Lo de tener un hijo que sea de tres progenitores a la vez es una muestra de ello.
-Pues lo de congelar el semen de un previsible suicida para no vetar la maternidad de la futura viuda no le va a la zaga.
-La posibilidad de procrear post mortem es una particularidad controvertida de la ley. Se admite alguna vez, siempre que sea en un tiempo límite, ya que si no se generarían herederos del difunto mucho después de su muerte, con el lío familiar y social que eso supondría.
–La reproducción asistida no es una medicina a la carta, pero hay lesbianas que piden semen de un negro (una es negra); otras, siempre del mismo donante para que los hijos se parezcan, una quiere dar el gameto pero no poner el útero porque la que hace de mujer es la otra… ¡Quieren fotos del donante de bebé para ver el fenotipo! Oiga, esto es la leche, con perdón.
-No en todos los casos la conclusión puede ser favorable desde el punto de vista ético y jurídico. Pero es cierto que cada vez hay más casos de los que llamaríamos excepcionales y que mucha gente se acerca a la reproducción asistida sin un fin médico o sólo de ese carácter.
-Y eso que no está regulada la figura de la madre de alquiler.
-Me temo que le queda poco al asunto, ya que es la salida para que las parejas homosexuales masculinas puedan equipararse a las de lesbianas.
-Trata la objeción médica a la reproducción. ¿Lo más inquietante?
-Admiro a los profesionales que aún se revuelven cuando alguna pareja pide que se destruyan sin más sus embriones sobrantes de una fecundación in vitro.
-Al final, el pensamiento «bibiano» sobre el embrión va a tener simpatizantes.
-En el pensamiento que menciona no hay una razonable ponderación de intereses entre la mujer y el embrión. Los de éste, sencillamente, no cuentan.